Los problemas dermatológicos constituyen uno de los motivos más frecuentes de consulta en el mostrador de las Oficinas de Farmacia, por lo que es importante estar bien informado de sus tratamientos para ofrecer al paciente el mejor servicio posible. En este artículo se presentan los tratamientos para las agresiones de la piel producidas después de intervenciones dermatológicas aplicadas con fines terapéuticos o estéticos.
Aunque las técnicas que se utilizan para el tratamiento de problemas cutáneos cada vez son más selectivas y menos invasivas, muchas de ellas producen agresiones en la piel, en mayor o menor grado (véase el artículo Intervenciones dermatológicas que causan agresiones en la piel).
Los cuidados adecuados de la piel, durante los días siguientes a las intervenciones dermatológicas, son fundamentales para:
1.- Evitar o minimizar los efectos secundarios.
2.- Acortar el tiempo de recuperación.
3.- Optimizar el resultado obtenido.
Las agresiones que se producen en la piel con algunas intervenciones dermatológicas pueden manifestarse con diversos síntomas, como sensación de tirantez, picor, calor, o incluso dolor. Además de para combatir estas molestias y de evitar efectos secundarios más graves, la aceleración de la curación de la piel también es importante en cuanto a que altera la imagen estética.
Uno de los principales objetivos en el cuidado de la piel, después de las intervenciones dermatológicas, es conseguir una restauración de las estructuras cutáneas, tanto para recuperar las células perdidas como para eliminar los trastornos (edema, eritema, etc.), que alteran la correcta funcionalidad de la piel.
Para conseguir una restauración cutánea en el menor tiempo posible se dispone de diversos preparados dermatológicos hidratantes y reparadores.
Regeneración dermotisular
La regeneración de la dermis se consigue con la activación de la migración de fibroblastos a las zonas dañadas, ya que aumenta la síntesis de colágeno. Los fibroblastos son unas células esenciales para los procesos de regeneración y cicatrización. Por tanto, los productos que contienen principios activos que potencian la migración y proliferación de los fibroblastos, acortan el periodo de reparación tisular.
Algunos preparados dermatológicos incorporan en su composición principios activos destinados a mejorar las propiedades mecánicas de la piel, estimulando la síntesis de macromoléculas (glucosaminoglicanos, proteoglicanos, colágeno) que intervienen activamente en la reestructuración de la piel.
La centella asiática, por su contenido en derivados triterpénicos (ácidos asiático y asiaticósido), estimula la activación miofibroblástica e incrementa la producción de colágeno, así como la de los ácidos mucopolisacaridos. También contiene principios activos que mejoran la microcirculación. De esta manera, los productos con centella asiática ofrecen propiedades regeneradoras y reepitelizantes.
Hidratación
Para conseguir que la piel esté bien hidratada, se utilizan productos que actúan por diversos mecanismos:
– Por una parte se puede evitar la pérdida del agua que está en la piel, mediante la formación de una capa protectora sobre el estrato córneo. Para ello, los productos incluyen ingredientes que forman una capa fina, humectante, oclusiva y/o emoliente.
– También se puede restaurar la barrera hidrolipídica al corregir la deficiencia de lípidos del estrato córneo y mantener de este modo su cohesión celular. Eso se consigue con la acción de dermolípidos, ceramidas y aceites ricos en ácidos grasos esenciales, que impiden o reducen la pérdida transdérmica de agua.
– Asimismo, se puede proporcionar una hidratación activa, maximizando el aporte hídrico superficial a las estructuras cutáneas, facilitando la captación de agua del medio o bien aportándola, así como estimulando la retención hídrica al favorecer los mecanismos fisiológicos de normalización y mantenimiento de la homeostasis epidérmica.
Esto se consigue gracias a la incorporación de elementos integrantes del factor de hidratación natural (urea, lactatos, ácido pirrolidíncarboxílico, azúcares, alantoína, colágeno, elastina, chitosán, proteoglicanos, retinol hidrosoluble o algunos extractos vegetales).
Reducción de los signos de la inflamación
Después de las intervenciones dermatológicas en las que se presenta inflamación leve (manifestada con edema, eritema, calor, etc.) se deben aplicar preparados dermatológicos eficaces para aliviar los correspondientes signos y síntomas; y acelerar su resolución. No obstante, si la inflamación es más grave, también se acompañarán de tratamiento antiinflamatorio sistémico.
En los preparados dermatológicos se pueden incorporar ingredientes con propiedades antiedematosas, antieritematosas y antipruríticas, entre los que se encuentran: centella asiática, áloe vera, castaño de Indias, abedul, etc.
Los efectos beneficiosos de estas sustancias se atribuyen a los mecanismos de acción de sus principios activos, que actúan sobre los procesos bioquímicos que originan los edemas y la inflamación. Así, el efecto antiedematoso y antiinflamatorio de la centella asiática es atribuido a su capacidad de inhibir tanto la acción de la interleucina-1 como la síntesis de la colagenasa intersticial (MMP-1), lo que previene la degradación del colágeno.