Los cánones estéticos vigentes imponen una serie de prácticas dermoestéticas (bronceado con rayos UVA, depilación, peelings, tatuajes, etc.) que causan agresiones de diversa índole sobre la piel. Activar, reparar y renovar esa piel dañada requiere tratamientos totalmente garantizados e inocuos. Los principios activos de la centella asiática se han revelado altamente eficaces como epitelizantes regeneradores de las pieles agredidas.
PIELES AGREDIDAS I: RAYOS UVA Y PEELING
La piel funciona como una barrera protectora que aísla al organismo del medio que lo rodea, protegiéndolo y contribuyendo a mantener íntegras sus estructuras. Prácticas como el bronceado mediante rayos UVA, la depilación clásica o con láser, los tatuajes y el peeling pueden causar que se altere su integridad.
A continuación analizaremos qué tipo de lesiones causan dos de estas prácticas tan habituales en nuestros días y qué tratamientos deben aplicarse para solucionar los diferentes problemas cutáneos que puedan presentarse: los rayos UVA y el peeling.
Rayos UVA
El bronceado a partir de fuentes artificiales de rayos UVA debe realizarse con algunas limitaciones (ver la Tabla 1) y precauciones (por ejemplo, tras la exposición a rayos UVA se debe hidratar la piel y no exponerla al sol).
De manera inmediata, la exposición abusiva a los rayos UVA puede causar quemaduras. Los signos o síntomas son la aparición de enrojecimiento de la piel, inflamación, dolor, ampollas, fiebre o sensación distérmica, etc.
A largo plazo, la exposición sistemática a las lámparas bronceadoras puede causar un envejecimiento prematuro de la piel y un incremento del riesgo de aparición de melanomas
La actuación frente a las lesiones leves causadas por la exposición a rayos UVA se rige por los mismos criterios que el tratamiento de las quemaduras debidas a la exposición solar:
– Enfriar la zona enrojecida (ducha o baño con agua fría). Puede ser útil aplicar lociones hidratantes y reparadoras.
– No romper las ampollas que aparecen en la piel. Si se han roto, aplicar un antiséptico y extremar la higiene.
– Tomar un analgésico en caso de dolor.
– En la exposición intensa, la aparición de síntomas de afectación del estado general, como vómitos, cefalea, fiebre o cambios en lesiones pigmentadas cutáneas, son signos de alarma, por lo que el farmacéutico deberá derivar ese paciente al médico.
TABLA 1. Limitaciones y precauciones en el uso de rayos UVA
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– Mantener una buena higiene de la piel.
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– Usar gafas protectoras que eviten el riesgo de sufrir lesiones oculares.
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– No realizar sesiones muy continuadas o de elevada intensidad.
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– No exponerse al sol después de una sesión de rayos UVA o cuando se toman medicamentos y/o sustancias que puedan aumentar la sensibilidad de la piel.
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– No realizar más de treinta sesiones al año.
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– No utilizar fotoprotectores.
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Peeling
Esta técnica consiste en la aplicación de un método químico, mecánico o calórico a la piel con el fin de conseguir su exfoliación.
Los métodos más seguros son los que actúan de un modo superficial (ácido glicólico, ácido salicílico, solución de Jessner, ácido tricloroacético al 10%, ácido retinoico, etc.), que sólo causan una agresión leve sobre la barrera cutánea. Están indicados como tratamiento de problemas como el acné comedogénico o pápulo-pustuloso, lentigos solares y discromías, y también en casos leves de envejecimiento cutáneo.
Tras el peeling se recomiendan los cuidados normales de limpieza, hidratación y protección solar de la piel.
La práctica del peeling puede comportar algunas complicaciones ocasionales que, generalmente, son prevenibles y tratables:
– Si hay infecciones de la piel tras la realización del peeling pueden derivar en cicatrices. Para evitarlo, están indicados los antibióticos tópicos.
– La aparición de manchas pigmentadas se puede tratar con mascarillas y cremas despigmentantes.
– Las molestias tipo quemazón pueden precisar la administración de un analgésico.
Referencias: Adaptado de "Tratamiento de las pieles agredidas", Carlota Santaella, farmacéutica especializada en Dermofarmacia. Artículo original publicado en el nº 28 de la revista Innova (junio de 2010).
Artículo original: Pieles agredidas I: rayos UVA y peeling
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